Inauguración de sede del Consulado de México

Texto extraído de: » Los Aztecas en la casa del Sultán» de Rafael Wirth, publicado en LA VANGUARDIA.

“La huella arquitectónica de Puig i Cadafalch, los caprichos del sultán marroquí Muley-Afid, la fantasía de los aztecas y la figura Sealtiel Alatriste han conseguido que la nueva sede del consulado de México en Barcelona sea hoy una pieza de lujo. La casa-torre, en el paseo de la Bonanova 55, se convirtió desde el lunes por la noche en la sede oficial del consulado de México. Rehabilitada, habitada, abierta.

El cónsul, Seltiel Alatriste, es culto escritor y brillante en sus discursos. Como orador, se puso ante el micrófono y explicó una anécdota a los invitados que asistían a la lujosa inauguración de la nueva sede. Cuando México tuvo que abandonar su consulado en rambla de Catalunya-Diagonal en la Barcelona de 1939, marcharon hacia Francia los diplomáticos y el personal. Antes ya se habían evacuado documentos y otros objetos vía Portugal. Pero quedó un reloj de madera que fue recogido por el conserje del edificio. Marcaban las agujas las dos horas. Cuando México volvió a abrir en Diagonal-Ganduxer un nuevo consulado en Barcelona, que eso ya fue en 1978, el hijo del conserje acudió al consulado y entregó el reloj que había guardado su padre durante tantos años. Seguían las agujas marcando las dos de la tarde, o de la mañana…

El reloj está ahora en la nueva sede del consulado, añadiendo su tic-tac de la historia pasada a los nuevos horizontes mexicanos. Los editores, escritores, políticos, empresarios que acudieron a la inauguración de la nueva sede contemplaron el edificio, lo visitaron y apreciaron las pinturas anónimas ubicadas en una de las estancias. Ya expliqué hace pocos días los motivos de esos dibujos: el deporte, la vida ociosa, el descanso de la sociedad barcelonesa en 1914. Se ignora, me señala el arquitecto Jordi Garcés, quién los dibujó, pero se sabe que los catalanes y mexicanos de ahora tienen intención de olvidar parcialmente el ocio y mover e impulsar todas las actividades de una y otra sociedad.

Por eso acudieron el lunes representantes de la sociedad civil y empresarios (Condesa de Godó, Rodés, Vilarasau, Serra Ramoneda…) y políticos catalanes (Llimona, Mascarell, López Raimundo…), para mejorar las relaciones con los mexicanos, encabezados por Enrique Berruga, subsecretario de relaciones exteriores en México; Pablo Gómez, de la secretaría de relaciones exteriores, y Gabriel Jiménez, embajador en Madrid. Hay ya realidades económicas y culturales y muchas esperanzas en la proyectada fundación Casa México, de la que formarán parte empresarios de aquí y de allá.

La sede del consulado, una bombonera, un bombón, un capricho, fue, así pues, escenario de un acto importante, trufado más tarde con la participación del grupo mariachi Semblanza Mexicana. Pero los responsables de la misión diplomática deberán tener mucho cuidado de que el majestuoso marco no paralice la actividad. Que, como dijo el subsecretario, hay que poner a las ocho las manecillas del reloj, que todavía marcan las dos desde aquel nefasto día de 1939.”

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